martes, 23 de septiembre de 2014

Fort Apache - La crisis del sindicalismo.


Os adjuntamos este video del programa de Pablo Iglesias, Fort Apache, acerca de la crisis del modelo sindicalista actual en nuestro pais.


domingo, 21 de septiembre de 2014

jueves, 11 de septiembre de 2014

UN AÑO SIN COMEDORES

Acaba de cumplirse un año de la eliminación del servicio de comedores, cuyas consecuencias para nuestra salud nunca van a ser reconocidas por la empresa y sus sindicatos. Todos los estudios médicos y la propia OMS aconsejan una alimentación sana y equilibrada, en la que entren verduras, pastas, legumbres, pescados, frutas y lácteos. Pero en Ford, en lugar de seguir las recomendaciones de los expertos, optaron por todo lo contrario: suprimir los comedores para la mayoría de la plantilla y reducir la pausa para la misma a 15 minutos, con lo cual se está forzando a la gente a que se alimente mal; siempre bocadillos, bollería industrial... o a que no coma hasta que no llegue a casa.
Pero como la ola de recortes llega a todos nuestros derechos, se han eliminado unas rutas de autobús y alargado el trayecto de otras, de tal forma que en muchos casos se está llegando a casa a la misma hora que antes del pacto. Ello a pasar de vendernos el cierre de comedores como la ocasión para llegar antes a nuestra casa. En este año transcurrido hemos podido comprobar que nos siguen mintiendo, y que no sólo no hemos ganado tiempo, sino que al llegar a casa, ahora además tenemos que prepararnos la comida.
Pero con ser una pérdida importante y un riesgo para nuestra salud, la pérdida de los comedores también ha tenido otras graves consecuencias: ya no tenemos tiempo ni espacio para descansar junto a nuestros compañeros, para relacionarnos e intercambiar opiniones, para recibir y debatir la información de los delegados sindicales, etc. La verdad es que la empresa y algunos sindicalistas profesionales ya le tenían ganas a los comedores y pánico a lo que los propios trabajadores pudieran expresar libremente en los debates en las cantinas. La dirección y sus sindicalistas son los que de verdad han salido beneficiados con el cierre del comedor, y encima ellos pueden seguir usando este servicio y disfrutando de la comida digna y económica que nos han quitado a los demás.
Si cada día los trabajadores tenemos menos derechos, peores condiciones laborales, los salarios congelados y más infernales ritmos de trabajo, cuesta entender que tengamos que estar contentos y agradecidos porque la empresa va muy bien y tiene cada día más beneficios. Si tan orgullosos están de la plantilla, lo justo sería que parte de esas ganancias las compartiéramos también los que nos dejamos aquí la salud y la vida.
Aparte de todos los perjuicios que la eliminación del servicio de comedores ha representado, tampoco podemos olvidar que se han destruido decenas de empleos en la contrata que lo gestiona. Precisamente cuando más grave y acuciante es el problema del paro en este país, y cuando todo el mundo reclama que se creen nuevos puestos de trabajo.
Pero afortunadamente, y al contrario de lo que sucede en Ford, la plantilla de Sodexo ha estado unida y apoyada en todo momento por un Comité de Empresa activo y dispuesto a defender a todos los trabajadores. Esa lucha ejemplar de la plantilla de Sodexo ha dado sus frutos: han conseguido reducir considerablemente el número de bajas y éstas se han limitado a jubilaciones y bajas voluntarias, en unas condiciones económicas muy superiores a las que la empresa pretendía desde un principio.
Los trabajadores de Sodexo (igual que los de Panrico, Coca-Cola, RTVV y otros muchos) han demostrado que si se lucha se puede conseguir la retirada o la anulación de los ERE, cuando “nuestros” sindicatos mayoritarios en Ford siempre nos habían dicho que era imposible cargarse un expediente de regulación de empleo, y que lo mejor era aprobarlos y aceptar que la plantilla consumiera sus dos años de paro o que viera su nómina reducida considerablemente.
El cierre de comedores es una pérdida importante, pero no es la única. En los últimos años estamos viendo cómo este tipo de sindicalismo (que, de una u otra forma, cuenta con la complicidad de la mayoría) nos lleva a un deterioro permanente de nuestros derechos: cambios de vacaciones al gusto de la empresa, movilidad permanente, nulo control de los ritmos, discriminación en promociones y contrataciones, salarios y derechos precarios para el nuevo personal, sanciones constantes, etc.
Si alguna lección podemos sacar de esta triste etapa, en la que tanto estamos perdiendo, es que sólo con la participación y el compromiso de toda la plantilla y con un sindicalismo que esté al lado de los trabajadores en lugar de al servicio de la dirección, es posible defender y mejorar nuestros derechos y el de todos los que entren en la fábrica.