miércoles, 4 de septiembre de 2013

ADIÓS A LOS COMEDORES.

No por ser una muerte anunciada (o mejor dicho, pactada), la desaparición del servicio de comedores deja de ser un duro golpe a los derechos de la plantilla. Y no es sólo un recorte más a sumar a los muchos que estamos sufriendo en los últimos tiempos; es una de las mayores pérdidas que se nos están imponiendo por la Empresa y el sindicalismo reformista (que ya funciona como la Gerencia Sindical), puesto que se trata de un recorte que tiene varias implicaciones.

No disponer de comedores va a significar, en primer lugar, dejar en la calle a más de 50 compañeros que trabajan en Sodexo, muchos de ellos desde que se abrió la fábrica y a los que, con todas las contrataciones que está habiendo, no se les ha buscado ninguna salida.

Además perdemos un servicio con el que hemos contado desde la apertura de la factoría y que nos permitía tener dos menús calientes y por un precio relativamente barato (hasta hace dos meses el menú y la bebida apenas costaban unos 2´50 €). Pero también perdemos ese descanso de media hora, que nos permitía partir la rutina de la jornada, descansar de los ritmos, estar con los compañeros y, en muchas ocasiones, recibir información sindical e incluso poder opinar sobre aspectos laborales y sociales.

Para justificar lo que nunca se debió aceptar, nos están diciendo que salimos ganando con este cambio porque acabamos antes. Pero para la mayoría de la gente ese tiempo se quedará muy corto cuando lleguemos a nuestras casas, pasadas las tres de la tarde o las once de la noche, y tengamos que empezar a preparar la comida o la cena.

Las consecuencias para nuestra salud las iremos percibiendo dentro de un tiempo: descansar menos y alimentarse a base de bocadillos no es un sistema de vida muy saludable. Eso ya está demostrado por los médicos. Hemos hecho un mal negocio.

La única beneficiada con este cambio es la empresa: se ahorra el coste de los comedores y consigue que el turno de noche trabaje media hora más, cobrando lo mismo. Ellos sí que han hecho un gran negocio; recortan nuestros derechos y salarios para seguir ganando cada vez más.

La idea que nos quieren vender para que asumamos estos recortes como inevitables es que con ello se ha conseguido que 1.300 jóvenes encuentren un trabajo. Entendemos que con los 6 millones de parados que hay en el país, entrar en Ford (o en otro sitio similar) es una salida laboral y económica para mucha gente, pero no es cierto que sea necesario empeorar los salarios y las condiciones de trabajo para que esas contrataciones se produzcan; de hecho, en otras épocas y ante nuevos lanzamientos, la empresa también contrataba nuevo personal y ni éste ni el que ya estaba fijo sufrían recorte alguno, mas bien todo lo contrario.

Por eso, aparte de dar la bienvenida a esos nuevos compañeros, desde CGT queremos informarles que, por culpa de ese sindicalismo que les pide la cuota antes de que empiecen a trabajar, no han perdido únicamente los comedores: también han perdido el derecho a tener un seguro para la jubilación, a poder cobrar más de tres quinquenios de antigüedad (cuando por su edad podrían llegar a generar hasta 8 quinquenios), a estar durante años cobrando bastante menos que un veterano por el mismo trabajo, etc.

Con la lucha se conquistaron todos los derechos que ahora se pierden (o se venden a cambio de privilegios para los de siempre), y solo con la lucha se pueden volver a recuperar.

Sección Sindical de CGT en Ford                                                          4 de septiembre de 2013