Nos hubiera gustado ser positivos y encarar
esta nueva etapa con la esperanza de ver cómo nos repartían el trabajo sin que
nos perjudicase la salud, pues sabemos que los ritmos que hasta ahora hemos
venido soportando nos la han mermado muy seriamente. No hay más que dar una mirada
alrededor para ver a muchos compañeros con muñequeras, coderas, etc., sobre
todo en la planta de Montaje. Para la CGT lo que cuenta es lograr
vivir y trabajar dignamente, sin tener que dejarnos cada día la salud en
nuestros puestos de trabajo, por eso luchamos con todos nuestros medios.
Pero para defender los derechos de los
trabajadores a los sindicatos mayoritarios les faltan ganas y les sobran
sectarismos, privilegios y “hermanamientos” con la empresa. La
desfachatez de algunos dirigentes de esos sindicatos protegidos no tiene
parangón en esta factoría; será que va con los tiempos que corren, en donde
cada día nos encontramos en los medios de comunicación nuevas imputaciones por
casos de corrupción, algunos enquistados en el tiempo y más de uno relacionado
con UGT-CCOO (el ultimo esta misma semana, sobre la investigación que el Servef
ha abierto por un posible fraude en los cursos de formación de UGT-PV en 2012).
Aquí ya no sabemos cómo adjetivar lo que ocurre,
aun después de una sentencia judicial donde se deja bien claro la
discriminación que la dirección ejerce sobre nuestro sindicato, a pesar de que
Ford firma acuerdos a nivel europeo sobre igualdad, tolerancia, etc., se sigue discriminando a los trabajadores por
su afiliación sindical. Se está jugando con la desinformación, la manipulación
y la mentira, así como también con la angustia de unas personas necesitadas de un
empleo y con el miedo a no renovar su contrato. En este sentido nosotros –la CGT- siempre hemos trabajado,
trabajamos y seguiremos trabajando para ser la herramienta para un nuevo tiempo
en esta factoría; un tiempo para defender nuestros derechos y condiciones de
trabajo.
Una mentira mil veces repetida se convierte en una
verdad, esa era la máxima del jefe de prensa y propaganda de Hitler. Esa misma
máxima se emplea aquí, en factoría, respecto al acuerdo de 2007 entre
Fleming-Pino (al que intentan desesperadamente sumarse los de CCOO), pues cada
vez que se hace referencia a las bondades de dicho acuerdo se falta a la verdad,
ya que la realidad fue y es bien distinta. En ese sentido, el acuerdo no mejoró
el convenio vigente en esos momentos y puso las bases para que el siguiente
empeorase las condiciones de la plantilla: salarios, comedores, vacaciones,
antigüedad, etc. (sobre todo las de las nuevas contrataciones), al mismo tiempo
que mermó el número de trabajadores hasta llegar a ser la plantilla más
reducida de toda la historia de Ford. Nosotros no dejaremos de recordar la
verdad, de decir que para los trabajadores aquel pacto fue y es muy negativo,
por más que se empeñen sus voceros en decir lo contrario.
Es más que necesario que tomemos conciencia de que
el miedo tiene que cambiar de bando (como se dice desde el 15M), pues si
seguimos sumando voluntades que piensan que hay otro modo de hacer sindicalismo,
el reivindicativo, y no el claudicante a los intereses de la empresa; el
sindicalismo que pone por delante los intereses de la plantilla, ése que no
desea seguir en una dictadura sumisa, que toma las riendas de su propia
decisión, en asambleas, con votaciones para decidir lo que nos afecta… entonces
seremos los que harán temblar a aquellos
que ahora nos toman por moneda de cambio para seguir manteniendo sus
privilegios. El tiempo de la sumisión ha terminado, ahora es tiempo de decidir
con nuestra actitud que queremos otro futuro; un futuro mejor y más digno.
Almussafes,
7 de octubre de 2014